El reencuentro + «La verdadera historia del cine»

Tras una larga espera, a mediados de octubre vivimos el regreso de Ester a los fogones. Con una técnica más resuelta, y esta vez sin efectos de luz y sonido disfrutamos de una cena variada y hecha con mucha ilusión.

El primero estaba compuesto por una serie de entrantes fríos, queso de cabra, huevos rellenos y ensalada.

El segundo, una especie de tortilla de patatas sin huevo… no se como explicarlo, un revuelto de verduras salteadas con confit de pato desmigado que le daba un toque interesante al plato.

De postre un rico helado de turrón (creo que voy a empezar a desempolvar el crunchi-toppin) con virutillas de chocolate, nueces y castañas de la Ulzama.

En conjunto una cena agradable que dio paso a un interesante documento gráfico. La pena es, chicos, que si no se revisan las pelis a veces fallan, y nos quedamos con las ganas (ya os gustaría que las mías fallasen más ¿eh?).

Para ver más datos del falso-documental «La verdadera historia del cine» dirigido por Peter Jackson, mirar aqui: http://www.filmaffinity.com/es/film189665.html

Luminotecnia + «Los feos también mojan»

Por fin llegó el esperado estreno de Esther en los MDP. Un extraño mensaje que nos llegó al móvil horas antes de la cena nos hacía presagiar algo novedoso, extraño e intrigante. Así llegó el momento previo a la cena, esos momentos en los que todos nos apiñamos reunimos en la cocina mientras el sufrido chef de la semana se afana en cocinar. También eso cambió en esta ocasión. Esta vez no pudimos ver que se estaba maquinando en los fogones, motivo por el cual la expectación fue en aumento. Con las expectativas por las nubes, nuestro colaborador, conocido por cableman, fue montando un sistema de alumbrado en el salón. En ese estado de nerviosismo comenzamos a cenar, empezando por unas tostaditas con queso y paté para ir abriendo boca, más el kilo de encurtidos tradicionales de Luis.

Tostadas con queso de untar y paté de pato.

Con el primer plato (ensalada con tomates cherry, manzana y nueces) dio comienzo la cena espectáculo.

Ensalada con tomates, manzana y nueces.

Tras iluminar de rojo todo el salón, la cena fue trascurriendo con filetes con patatas y pimiento verde, de los que desgraciadamente carecemos de fotos. Del rojo pasamos al azul, al verde y al amarillo. La idea era contemplar el color de los alimentos con cada una de las iluminaciones, y ver como nuestra percepción de estos cambia. Por desgracia, excepto el filtro de color rojo, los demás terminaron fundiéndose por la potencia del foco.

Iluminación colorista ante la extrañeza del personal.

El postre, que gustó mucho, estaba formado por flan, pannacotta en forma de estrella y mermelada de frutos rojos.

Postre variado y completo.

Llegamos al aspecto cinematográfico de la noche. A pesar de estar programada para ver «Enter the Void», que tenía muy buena pinta y muy al hilo de la cena, una mala programación temporal nos obligó a ver un truñete que andaba perdido por un USB, titulado «Los feos también mojan». Sobran las palabras.

Este incidente, nos ha hecho recordar la cantidad de veces que hemos metido la zarpa nosotros y nos ha ocurrido algo similar: hemos preparado cenas que han acabado a las 11 de la noche (ejem ejem, urko) y que nos han obligado a ver cualquier serie o incluso vídeos de youtube, hemos llevado pelis largas a más no poder (como este caso) o incluso en otros idiomas sin subtitular (ejem ejem, gure), hemos puesto pelis que han hecho avergonzarse a más de uno durante el visionado porque recordaban la peli mejor de lo que realmente era (ejem ejem, mikel), pelis desagradables de cojones (ejem ejem, ana),…. Y eso sin contar la de recetas que se han quedado por el camino: hamburguesas rápidas (ejem ejem, aitor), que no han cuajado (ejem ejem. luis), excesivamente crujientes (ejem ejem, diego), o calóricas y dulces hasta la muerte (ejem ejem, olga)…. Todos estas «historietas» de los martes de película, son de los que más hablamos y nos reímos, así que Esther, no te preocupes, pero «Los feos también mojan» dará que hablar hasta la siguiente metedura de pata, de la cual espero no ser protagonista.

Gracias a estas cosas hemos ido aprendiendo con el tiempo, no es ninguna indirecta sino una invitación a que penséis por un momento en nuestra evolución, en todo el camino que hemos recorrido y en lo que nos queda por recorrer a cada uno….